Rinoplastia

La alteración en la forma de la nariz es una de las causas estéticas que ocasiona mayores trastornos psicológicos. Su desarrolló es tardío y suele coincidir con el inicio de la adolescencia, momento en que la aceptación de un problema estético es más difícil de asumir. La rinoplastia es una intervención quirúrgica destinada a la corrección de deformaciones nasales mediante la modificación de su forma, lo que conlleva una mejora del equilibrio y la armonía facial. Es una de las operaciones más frecuentes que realiza el cirujano plástico.

Cada rinoplastia es un caso diferente que debe evaluarse con detenimiento. No se trata únicamente de reducir la nariz sino de adaptarlo a las facciones y características propias de cada persona.

Procedimiento

Existen tres formas de llevar a cabo esta intervención. La más común es la que denominamos rinoplastia cerrada: la operación se realiza a través de incisiones en el interior de los orificios nasales de tal forma que no queda visible ninguna cicatriz externa. A través del interior de la nariz podemos tallar y modelar los huesos y cartílagos nasales y configurar una nueva estructura. De esta forma la piel y los musculos se adaptan hasta conseguir la forma deseada.

La rinoplastia ultrasónica que s duferencia de la anterior en la utilización de un piezotomo activado por ultrasonidos para la fractura de los huesos de la nariz, consiguiendo un periodo de recuperación menor y una vuelta a la actividad normal en un tiempo menor.

La rinoplastia abierta esta indicada en aquellos casos con mayor grado de dificultad como grandes deformidades de la punta o narices ya operadas y en las que que haya que hacer grandes correcciones.

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Hospitalización

Es una intervención que no require hospitalización ya que se realiza de forma ambulatoria.

Recomendaciones preoperatorias

Como en cualquier intervención quirúrgica, en pacientes fumadores se deberá de dejar de fumar 2 semanas antes de la fecha prevista; no tener ningún proceso infeccioso ni, por supuesto, catarral.

Anestesia

Es una intervención que se puede realizar tanto con anestesia local pura, o con anestesia local con sedación o bien con anestesia general dependiendo de los casos.

Cuidados posteriores

Al término de la operación, el paciente sale de quirófano con un leve taponamiento nasal y con una férula que cubre su nariz. 

En los primeros días se presentarán edemas y hematomas en las zonas cercanas a la nariz, especialmente en los párpados. 

El taponamiento nasal se retira al segundo día. 

La férula que cubre la nariz se retira al cabo de 5 ó 7 días.

El postoperatorio de una rinoplastia no es doloroso y por lo general no se emplean analgésicos. Si tiene ganas de estornudar, se debe de hacer con la boca abierta, dejando salir el aire libremente. En el momento de retirar la férula, los edemas y hematomas visibles ya habrán casi desaparecido y la nariz se encontrará en unas condiciones lo suficientemente óptimas como para que el paciente pueda realizar su vida con normalidad. 

Sin embargo, el aspecto estético definitivo seguirá una evolución que llevará un tiempo no inferior a los doce meses. Se trata de una evolución lenta y progresiva que puede incluso pasar desapercibida. Sin embargo, hay que insistir en su gran importancia para el resultado definitivo.

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